El hermano Luis, nacido en el mes de Mayo en Valladolid (capital) lleva con este, ocho años en La Salle.
Nunca antes había estado aquí, en Asturias, dando clases. Antes estuvo en Valladolid y en Galicia, y aunque al principio le costó mucho el cambio, se acabó acostumbrando por el buen ambiente que hay. Ahora está encantado de estar aquí por el acercamiento entre los profesores y los alumnos.
Una de las cosas que más le gusta de La Salle es el poder estar con gente, poder atender a las necesidades de los muchachos, el poderles orientar, educarlos, y que conozcan también el mensaje de Jesús. Lo que menos le gusta es el trabajo de algunos alumnos, que a veces no es muy fuerte. "Lo dejan todo para el final, a veces no se preocupan mucho" -dice.
El hermano Luis fue alumno de los hermanos en Valladolid. La vida que llevaban los hermanos allí, el trabajar con los alumnos, dedicarles todo el día, el ayudarles, fue lo que le atrajo a querer ser hermano para también dedicar su vida al servicio de los demás.
La Salle es bastante especial porque hay buen trato entre los profesores, y eso hace que haya buen trabajo en equipo y se logren hacer grandes cosas. Y con los alumnos también. "Aunque a veces hay que enfadarse ya sea porque hablan mucho en clase o porque no estudian"-cuenta. "Pero en el fondo se les quiere mucho"-añade.
Dice que también lo es porque se preocupan por los chavales, están cerca, y eso es lo más característico de La Salle para el hermano Luis.
El hermano Luis, todos los días, agradece a Dios por haberle llamado a ser hermano de La Salle y siempre le pide fuerzas para poder transmitir el mensaje de Jesús a los alumnos.
Al preguntarle por la lectura, cuenta que antes leía mucho más, ahora no tiene mucho tiempo para la lectura ya que siempre tiene un montón de exámenes que corregir.
Afirma estar contento de su vocación y espera que haya más gente que quiera seguir ese camino y ser hermanos de la Salle. "O hermanas, que también las hay" concluye.Kristel Yunga C.
Natalia Alonso H.
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